Por Julia Gutiérrez
Lerones, delegada de enseñanza.
A lo largo de este curso escolar, hemos presentado los
elementos que componen el currículo de religión y moral católica para tener una
idea más precisa de cómo se está llevando a cabo nuestra propuesta educativa
que está en línea con las finalidades de la escuela de proporcionar una formación integral y el pleno desarrollo de la persona.
En este artículo toca comentar el segundo nivel de
concreción curricular que corresponde a las seis “competencias específicas” de
religión que se presentan como “desempeños” y que se alimentan de los
conocimientos de Teología, Cristología, Eclesiología, Doctrina Social de la
Iglesia, siendo también la Escritura, el Magisterio y la Tradición las fuentes
donde nuestros profesores de religión hallan los conocimientos necesarios que
permiten el alcance positivo de cada competencia. Recordamos que el primer
nivel de concreción curricular es “el perfil de salida” en el que se describe
lo que se espera de nuestros alumnos al final de las etapas educativas de
primaria y secundaria obligatoria. Nosotros proponemos el modelo de persona y
de relaciones de Jesucristo.
LA PRIMERA COMPETENCIA ESPECÍFICA se relaciona con la identidad personal y el proyecto vital desde nuestra concepción de dignidad humana que dice que: la persona está creada a imagen y semejanza de Dios, que es redimida por Jesucristo en todas las dimensiones materiales, morales y espirituales, para esta vida y para la vida eterna con Dios pues la formación religiosa tiene en cuenta la escatología cristiana. Con los chicos más mayores nos abrimos a la preparación para los estudios superiores y la cuestión profesional.
LA SEGUNDA
se refiere a la relación con el entorno y la socialización, prestando atención
a las responsabilidades sociales y para con el creado, a la promoción de los
derechos y deberes de todos, derechos que emanan directamente de nuestra
condición de ser imagen de Dios. Nuestras enseñanzas sociales con sus
principios, virtudes y valores permanentes proporcionan elementos que ayudan a
madurar la relación con Dios, los demás y la creación.
LA TERCERA
trata la inclusión y la fraternidad universal al estilo de la parábola del buen
samaritano, la búsqueda de la justicia y del bien común que facilitan la
convivencia, la superación de las situaciones de pobreza y exclusión social,
afronta los retos y desafíos de la humanidad, facilita el crear ambientes de
comunión ofreciendo el proyecto del Reino de Dios anunciado por Jesucristo. Se
propone también el ser libres y actuar con la libertad de los hijos de Dios.
LA CUARTA
contribuye al conocimiento, valoración y respeto del entorno natural, el
patrimonio social, cultural, artístico, ético, religioso, lo audiovisual para
descubrir nuestras raíces cristianas, conocer las manifestaciones artísticas,
comprender las costumbres de las distintas culturas, convivir con un mundo
plural en sentido político y religioso desde el humanismo cristiano, desarrollando
un sentido crítico constructivo, desde lo local a lo global.
LA QUINTA
es sobre al autoconocimiento, las vivencias interiores y religiosas, las
emociones a integrar en los sentimientos y la afectividad, los pensamientos, el
cuidado de sí mismo, el desarrollo de la dimensión espiritual y el
discernimiento, la responsabilidad. Pone las bases para construir el propio
sistema de creencias para saber dialogar con las de los demás sin renunciar a
las propias. Propone gestionar y expresar con diversos lenguajes el mundo
interior.
LA SEXTA COMPETENCIA realiza una síntesis de la fe cristiana y sus manifestaciones desde la vida de la Iglesia con sus celebraciones y fiestas, a la luz de la Biblia y del recorrido de la Historia de la Salvación que ayudan a saber convivir con los demás en contextos de pluralidad cultural y religiosa, o en contextos sociales donde se dan diversas ideologías. Llevar a cabo un diálogo entre fe y cultura, fe y ciencia, con su carácter interdisciplinar, es el marco de nuestro aprendizaje humano-cristiano nunca alcanzado definitivamente.
Por toda esta riqueza que desde la Iglesia
estamos llamados a anunciar, quiero animar a los padres a elegir para sus hijos
nuestra asignatura de religión y moral católica
que es de oferta obligada por parte del estado y de libre elección por parte de
las familias en cumplimiento de la Constitución Española que garantiza a
los padres y madres el derecho a elegir una
educación moral y religiosa según sus propias convicciones (Arts 16 y
27.3).