Nota de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura en torno a la asignatura de Religión
La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura ha hecho pública hoy, jueves 4 de noviembre, una nota a raíz de los proyectos de Decretos de Enseñanzas Mínimas presentados a las Comunidades Autónomas.
1.
Tal como ya expresamos en la Nota de noviembre de 2020, la actual Ley de
Educación no nació de un pacto educativo y su urgente tramitación -en tiempo de
pandemia y en estado de alarma- impidió “una adecuada participación de toda la
comunidad educativa”. Lamentamos, especialmente, que la dimensión
espiritual y religiosa de las personas y de los pueblos no está suficientemente
recogida en la Ley. No obstante, consideramos aportaciones positivas la
preocupación por la formación humana del alumnado, el reconocimiento de la
responsabilidad de las familias, o la referencia al marco internacional y a las
competencias clave de la UE.
2.
El presidente de la Comisión, en su intervención en el
Foro sobre el nuevo currículo de Religión de febrero 2021, recordaba -después de la aprobación de la Ley- que “nos
hubiera gustado que la propuesta que la Conferencia Episcopal realizó al
Ministerio en Julio de 2020, hubiera encontrado acogida en los
planteamientos legislativos y que se hubiese logrado un mejor acomodo de la
clase de Religión en el sistema educativo. El texto finalmente aprobado
mantiene una situación ya conocida, que no es del todo satisfactoria para
nosotros”.
3.
La Comisión, en el ejercicio de su responsabilidad, ha
elaborado el currículo de la asignatura en diálogo con el
marco pedagógico de la LOMLOE. Se pone así de manifiesto el lugar propio de la
Enseñanza Religiosa Escolar en el proceso educativo integral, así como su
capacidad de estar presente en la escuela
respetando su naturaleza y sus exigencias pedagógicas, como las demás
asignaturas.
4.
Conocidos los proyectos de desarrollo de la LOMLOE,
reconocemos que ha mantenido la oferta obligatoria de Religión católica en
todas las etapas, desde el segundo ciclo de Infantil hasta Bachillerato, y que
se ha regulado su evaluación “en los mismos términos y con los mismos efectos
que las otras áreas/materias”. No se entiende, sin embargo, que en estos
Proyectos dicha evaluación no sea tenida en cuenta en las etapas superiores, a
efectos de la computabilidad. Y consideramos un error que no se haya ofrecido
al alumnado que no elige Religión un área/materia en condiciones equiparables;
se evitaría todo riesgo de discriminación y habría sido una mejor respuesta a
las exigencias derivadas de las
competencias clave.
5. Se ha perdido la oportunidad de mantener al menos el horario mínimo LOE, ley a la que la LOMLOE da continuidad. Sorprende que en una apuesta por un modelo competencial se limite al mínimo posible la carga lectiva en un ámbito tan decisivo para la educación de la persona como es el de la ERE.
6.
Considerando que, según regula la LOMLOE, las
Comunidades Autónomas tienen competencia para determinar buena parte de los
contenidos curriculares, solicitamos a las respectivas Administraciones
educativas una ampliación razonable del horario del área/materia de Religión,
sin reducirlo a lo establecido por el Ministerio en el ámbito de sus
competencias sobre Enseñanzas Mínimas.
Mantenemos abierto igualmente el diálogo con el Ministerio para su posible
regulación en el territorio de su competencia.
7. La propuesta de atención educativa, para quien no elige Religión, regulada en los proyectos de Enseñanzas Mínimas mediante el trabajo de competencias transversales, puede facilitar la organización escolar. Es responsabilidad grave de las autoridades educativas y derecho del alumnado que se programe y realice el trabajo escolar así regulado, imprescindible dada la importancia de esta dimensión de la educación y para evitar toda discriminación.
8. Sorprende que en los proyectos de Decretos de Enseñanzas Mínimas no se haga referencia a la propuesta de “Cultura religiosa no confesional” prevista en la Disposición Adicional Segunda de la LOMLOE, que bien podría constituir una propuesta de atención educativa para el alumnado que no elija Religión.
9. La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura ha intentado encontrar una solución positiva y asumible por todas las partes a la situación de la Enseñanza Religiosa Escolar, ofreciendo también propuestas concretas. En este tiempo que se abre tras la regulación de las Enseñanzas Mínimas, reiteramos la voluntad de diálogo con las Administraciones educativas en el ámbito de sus competencias.
10.
Conscientes de la importancia fundamental del bien de
la educación para el alumnado, sus familias y toda la sociedad, proponemos la
presencia de la propuesta educativa cristiana y el valor de su contribución al
mundo de la enseñanza. No perdemos la esperanza de llegar a acuerdos y pactos
en materia educativa que sean inclusivos y que cuenten con todos.
Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, 4 de noviembre
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